La isla de Elba se puede visitar por completo en MTB, hay inimaginables rutas para la mayoría de los ciclistas y si esto os parece exagerado, os recomendamos la ruta que desde Marciana conduce a nuestra Señora del Monte y baja hasta Pomonte (para expertos).

Hay decenas y decenas de rutas que van desde el nivel del mar hasta la cumbre del Monte Capanne, se sube hasta el pico (1019 metros) y, a continuación, se baja hacia el mar.

Existen todo tipo de rutas, incluso para las familias que quieran visitar estos lugares hermosos, siempre con la proximidad de los pueblos y la tranquilidad de pedalear con seguridad. En agosto también se pueden encontrar calles sin coche y sin ruido, entre ellas la de San Martin, que desde Procchio llega hasta Acquabona.

En los últimos años muchos ciclistas internacionales elijen la isla de Elba como base para los entrenamientos de verano. Hace unos años Elba ha sido escenario de una carrera de la copa del mundo y a raíz de ello conocida a nivel mundial. La variedad de altitud y las características del trazado permite a estos profesionales entrenarse de manera ideal.

Y no debemos olvidar que en la Isla hay una gran tradición, desde el 800 la bicicleta fue uno de los dos principales medios de transporte, el otro era el burro. Cualquier persona de la isla tiene una bicicleta, y en los últimos años todavía más, cómplice el estilo de vida isleño, sano y en armonía con la naturaleza.

Por eso no es difícil encontrar ciclistas en cada rincón de la isla, incluso en sitios donde se puede llegar solo después de largas y difíciles rutas a mula.

En cada pueblo hay un centro equipado para las mtb, los mejores están en Portoferraio, Capoliveri y Marina di Campo. En la recepción del hotel podréis encontrar mapas y consejos para visitar todos los rincones de nuestra maravillosa Isla. El hotel ofrece también a sus clientes la posibilidad de alquilar una MTB durante el tiempo que quieran. Un clásico es empezar por la mañana después de haber retirado el packet lunch en el hotel., pedalear hasta un destino, por ejemplo el Monte Capanne o alguna playa, comer sin prisa, relajarse un par de horas, y marcharse de nuevo después de la digestión. Volver al hotel al atardecer.... quizás un baño en la playa y luego la cena, charlando sobre el dia pasado delante de un vaso de vino isleño.

Esta es, en pocas palabras, la manera de concebir la bicicleta en la Isla.